En un mundo donde la atención es un recurso cada vez más escaso, las tecnologías inmersivas ofrecen algo más que un efecto “wow”. Cuando se integran de manera estratégica, pueden convertirse en una herramienta poderosa para transformar procesos, optimizar recursos y generar un impacto medible en diferentes sectores. La clave está en ir más allá de la novedad. No se trata solo de innovar por innovar, sino de crear experiencias que respondan a necesidades reales, con un enfoque intersectorial, sensible y ético. Y para lograrlo, los indicadores son nuestros mejores aliados.
Medir para transformar
Dependiendo del sector, el impacto de las tecnologías inmersivas puede evaluarse desde diferentes ángulos para obtener diferentes indicadores. Algunos pueden ser:
- Eficiencia operativa: reducción de tiempos de capacitación, disminución de errores en procesos, optimización en la gestión de recursos.
- Aprendizaje y retención: incremento en el nivel de comprensión, velocidad de aprendizaje y retención de la información.
- Experiencia y satisfacción: mejora en la interacción, aumento en el nivel de engagement y percepción positiva de la marca o servicio.
- Impacto social y cultural: preservación y divulgación de patrimonio, inclusión de comunidades y generación de espacios de diálogo.
Una mirada global a las métricas de innovación
El Global Innovation Tracker 2024 ofrece un análisis integral del estado actual de la innovación mundial, evaluando cuatro etapas clave del ciclo innovador: inversión en ciencia e innovación, progreso tecnológico, adopción tecnológica e impacto socioeconómico.
El informe señala que, aunque la innovación global ha mostrado resiliencia, enfrenta fuertes vientos en contra económicos y geopolíticos. A pesar de los avances tecnológicos y la creciente adopción de nuevas tecnologías, convertir esa innovación en progreso socioeconómico sigue siendo un reto. El estudio enfatiza la necesidad de mantener la inversión, acelerar la adopción de tecnologías disruptivas y diseñar estrategias que maximicen los beneficios sociales y ambientales.
Innovación en el mundo: quiénes están liderando y quiénes avanzan más rápido
Pues bien, analicemos un indicador relevante. El Global Innovation Index 2024 revela que, a nivel regional, Norteamérica y Europa siguen encabezando el ranking global de innovación, seguidas por Asia Sudoriental, Asia Oriental y Oceanía (SEAO). Aunque América Latina y el Caribe mantienen cierta distancia, este año la brecha con Asia Central y Meridional se ha reducido drásticamente. De hecho, las economías de CSA ya superan a las latinoamericanas en resultados de innovación, aunque aún están detrás en insumos.
Entre los países que más han escalado posiciones desde 2013 destacan China (11º), Turquía (37º), India (39º), Vietnam (44º) e Indonesia (54º). En los últimos cinco años, Indonesia, Mauricio, Arabia Saudita, Qatar, Brasil y Pakistán han mostrado un impulso significativo en innovación, reflejando políticas activas y un creciente dinamismo tecnológico.

Más allá de la cantidad: una visión de la OCD
El desafío de medir (PwC, 2024)
Según la OCDE, evaluar la innovación implica mirar más allá del número de patentes o productos lanzados. Factores como la inversión sostenida en I+D, la capacidad de adopción tecnológica y el impacto social son esenciales para un análisis realista y útil.
El Global Innovation Survey 2024 de PwC muestra que el 60 % de las empresas líderes sitúan la innovación en el centro de su estrategia, pero menos de la mitad la mide de forma sistemática. Esto significa que muchas organizaciones innovan “a ciegas”, sin datos que orienten la toma de decisiones.
Impacto en resultados (McKinsey & Company)
Perspectiva global y brechas (Foro Económico Mundial)
De acuerdo con McKinsey, las empresas que integran indicadores de innovación en sus procesos logran hasta un 30 % más de eficiencia y una adopción tecnológica más ágil. Sin embargo, advierte que centrarse en métricas equivocadas puede conducir a perseguir resultados superficiales, sin impacto real.
El Global Competitiveness Report del Foro Económico Mundial subraya que, aunque la inversión en innovación crece, la capacidad de transformar esa inversión en resultados sostenibles varía drásticamente entre países. Esto obliga a tener en cuenta el contexto económico y social en cualquier evaluación.
El Foro Económico Mundial, centralizo los indicadores más importantes para medir el impacto de las tecnologías inmersivas y este es innegable. Un informe de PwC estima que aportarán 1,5 billones de dólares a la economía global para 2030. Pero para que este crecimiento sea sostenible y beneficioso, es clave apostar por un desarrollo responsable, con normas abiertas, gobernanza transparente y modelos de negocio éticos.
Educación
El aprendizaje inmersivo permite que estudiantes y profesionales practiquen en entornos seguros, interactivos y emocionalmente conectivos.
- Retención de conocimiento: 75% con realidad virtual, frente al 10% de la lectura tradicional y el 5% de una clase magistral.
- Velocidad y concentración: x4 en comparación con el formato presencial.
- Confianza para actuar: 2,75 veces mayor tras una experiencia inmersiva (PwC).
Estos resultados no solo elevan la calidad del aprendizaje, sino que también ofrecen una vía efectiva para responder a la creciente necesidad global de actualización y mejora de habilidades.
Salud
En medicina, las tecnologías inmersivas reducen errores y amplían el acceso a una formación de calidad:
- Errores quirúrgicos: 6 veces menos en cirujanos entrenados con realidad virtual (Universidad de Yale).
- Planificación quirúrgica: visualización 3D personalizada para cada paciente, mejorando la toma de decisiones y la comunicación médico-paciente.
- Terapias y bienestar: programas inmersivos aprobados para rehabilitación física, reducción del dolor, manejo de la ansiedad y estimulación cognitiva en personas mayores.
El papel de Newrona
En Newrona entendemos que la innovación no es un fin, sino un medio para transformar realidades. Por eso, nuestras soluciones en Realidad Virtual, Aumentada y sistemas interactivos se diseñan con un objetivo claro: generar valor medible para las organizaciones. Cada proyecto se concibe considerando no solo la experiencia del usuario, sino también los indicadores que permitirán evaluar su éxito a corto y largo plazo.
