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Tecnologías inmersivas para cuidar la salud mental 

Descubre cómo la realidad virtual y las tecnologías inmersivas apoyan la salud mental, reducen el estrés y fortalecen el bienestar emocional.

El pasado 10 de octubre conmemoramos el Día Mundial de la Salud Mental. Una fecha que nos invita a reflexionar sobre la importancia de cuidar no solo el cuerpo, sino también la mente. En un entorno cada vez más acelerado, donde la información nos desborda y el estrés se normaliza, resulta urgente explorar nuevas formas de bienestar. Es aquí donde las tecnologías inmersivas emergen como aliadas para acompañar procesos emocionales, terapéuticos y de autoconocimiento. 

Un nuevo enfoque para el bienestar 

La salud mental es ahora una prioridad global. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una de cada ocho personas en el mundo vive con un trastorno mental, y los casos de ansiedad y depresión se han incrementado significativamente en los últimos años. En respuesta, investigadores y profesionales de la salud han comenzado a integrar experiencias inmersivas en programas terapéuticos y de prevención. 

Estas tecnologías ofrecen entornos controlados que permiten recrear situaciones seguras para la exposición emocional, entrenar la gestión del estrés o facilitar la relajación. Por ejemplo, la Realidad Virtual se ha utilizado en tratamientos de fobias, ansiedad social y trastorno de estrés postraumático (TEPT), proporcionando resultados positivos en la reducción de síntomas y el fortalecimiento del bienestar emocional (Consultor Salud, 2024). 

Acompañar la mente 

La Realidad Virtual permite construir entornos controlados y sensorialmente ricos que ayudan a reducir el estrés, mejorar la concentración y manejar la ansiedad. A diferencia de otras herramientas digitales, estas experiencias no solo informan, también transforman; activan los sentidos, guían la respiración y promueven estados de calma profunda

Investigaciones publicadas en revistas como Frontiers in Psychology y Journal of Medical Internet Research confirman que la exposición a entornos inmersivos y relajantes puede disminuir los niveles de cortisol (la hormona del estrés) y mejorar el bienestar emocional de manera sostenida. 

Experiencias inmersivas como herramienta terapéutica 

A diferencia de otros medios digitales, las experiencias inmersivas involucran activamente los sentidos. El usuario no solo observa, sino que participa de forma corporal y emocional en un entorno que responde a sus acciones. Este nivel de implicación genera una sensación de presencia que puede mejorar la eficacia de las terapias y favorecer la conexión consigo mismo. 

Estudios recientes muestran que la Realidad Virtual puede inducir estados de calma, reducir el ritmo cardíaco y ayudar a controlar la respiración, convirtiéndose en una herramienta complementaria para la meditación o la gestión del dolor (Frontiers in Psychology, 2023). Además, la Realidad Aumentada ofrece posibilidades educativas y de acompañamiento en entornos clínicos, haciendo más accesible la comprensión de procesos mentales y emocionales.  

Empatía y conexión en la era digital 

Más allá del uso clínico, las tecnologías inmersivas también invitan a repensar cómo nos relacionamos con el entorno y con los demás. Al experimentar desde la perspectiva de otra persona o en entornos simulados de vulnerabilidad, se fomenta la empatía y la comprensión de realidades diversas. Esta capacidad de “ponerse en el lugar del otro” es clave para fortalecer el tejido social y promover una salud mental colectiva más sólida. 

En este sentido, proyectos desarrollados por organizaciones de salud y bienestar han demostrado que las experiencias inmersivas pueden sensibilizar sobre el estigma asociado a los trastornos mentales y fomentar conversaciones más abiertas en la sociedad. 

Más allá de la terapia tradicional 

En el campo de la salud, la RV ha demostrado ser un complemento terapéutico eficaz para el tratamiento de fobias, ansiedad y estrés postraumático. Al recrear situaciones que el paciente teme o evita, permite enfrentarlas gradualmente en un entorno seguro. También ha mostrado beneficios en el manejo del dolor: al sumergir al usuario en experiencias inmersivas, su atención se desvía de la sensación física, reduciendo la necesidad de analgésicos. 

En Colombia, proyectos como UR Pheel. App que desarrollamos junto a la Universidad del Rosario, explora la conexión entre las experiencias virtuales y la regulación emocional, combinando estímulos visuales y sonoros con ejercicios de respiración y mindfulness. Este tipo de iniciativas reflejan cómo la tecnología puede integrarse al bienestar cotidiano de forma empática y accesible. 

Nuestra perspectiva 

En Newrona creemos que la tecnología debe servir para ampliar las posibilidades del ser humano. Por eso desarrollamos experiencias inmersivas que integran ciencia, diseño y emoción, con el propósito de crear espacios de calma, conexión y reflexión. Apostamos por soluciones que fortalezcan el equilibrio mental y emocional, y que acerquen el bienestar a más personas a través de la innovación responsable. 

Porque cuidar la mente también implica innovar en cómo la entendemos. 
Y en ese camino, las tecnologías inmersivas son un recordatorio de que el bienestar puede, y debe, sentirse. 

¿Te gustaría implementar tecnologías inmersivas en tus proyectos de salud? Escríbenos

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