El “nativo digital”, es un término acuñado por el autor estadounidense Marc Prensky en 2001. En los últimos años se discute sobre qué tan certero es este término o el uso erróneo que se le da. Debido a que se ha demostrado que no todos los que son llamados así en realidad lo son. Los llamados “nativos digitales” son todos aquellos nacidos en la última generación. Aquellos que se rodean de tecnología y herramientas digitales, los propios nativos de la Era Digital.
Pero decimos que no todos lo son a causa de la “brecha digital”: una brecha que diferencia unos nativos también de esta Era. Pero que su accesibilidad a la tecnología es casi nula, a causa de la desigualdad social, pobreza, entre otros factores. A pesar de esta realidad de muchas personas en el mundo, el mundo se mueve a través de la tecnología y sus avances. No se puede luchar contra un nativo digital, nos adaptamos al mundo de ellos, las normas y reglas cambiaron el modo de vida donde hay más teléfonos celulares que personas.
Educación digital, necesidad de primer grado
Se dice que la educación digital es el motor de desarrollo en cuanto a las nuevas necesidades del mundo interactivo y de tecnología, pero como el director en el Centro para Internet y Sociedad en India, Nishant Shah dice, “sin la educación y el entrenamiento necesarios, obtener simplemente el equipo no ayuda a que los jóvenes entiendan cómo esa tecnología puede mejorar sus vidas”. La educación, y en este caso la virtual, es una puerta de grandes oportunidades de aprendizaje y conocimiento. No es secreto que, para un futuro mejor, debe existir una buena educación. Dejando de lado el lugar desde dónde se imparta o el método elegido para aprender.
A raíz de la pandemia, se convirtió en una necesidad de primer grado optar por la modalidad de aprendizaje virtual (e-learning). En algunos casos, optaron por entrar al mundo del homeschooling. Actualmente, más de 1.200 millones de niños están fuera del aula. Algunos estudios sugieren que la modalidad virtual aumenta la capacidad de aprendizaje. Sin embargo, esto puede variar dependiendo de la edad y entorno en que se encuentran los niños y jóvenes.
Evolucionando un modelo tradicional
La realidad es que, aun siendo de manera forzosa la implementación de la educación virtual se va a adoptar de manera fija al modelo de aprendizaje. Esta idea lleva a muchos docentes a implementar herramientas que vayan más allá de solo pasar la clase a un formato virtual. Hay que enfatizar en la preparación de actividades, plataformas de interacción, entre otras. Que servirán para no perder la atención de los estudiantes y poder aumentar su retención de información. Pero puede existir el caso donde no siempre el docente lleva a estos recursos a su clase. Hay brechas donde no se sabe la existencia de estas otras formas de aprendizaje. Otros prefieren seguir con métodos tradicionales, ya que creen que estos recursos solo sirven como distracción y no son funcionales.
Diferentes generaciones, diferentes necesidades
La educación cambió, no solo por avances tecnológicos, sino también por los diferentes enfoques y necesidades de niños y adolescentes. Las cátedras de largas horas donde solo se oía a un docente hablar de un tema quedó atrás. La educación se convierte en un reto diario, donde se debe impartir la práctica. Donde los desafío son del día a día, pero sobre todo donde la creatividad y la innovación rigen este sistema educativo. En la educación, sin importar la edad, siempre se van a preferir actividades interactivas e innovadoras. Aquellas que motivan la participación, y lograr así una mayor capacidad de retención de información, en conclusión mejor educación.
Pero no toda la educación de un niño debe recaer en manos de las instituciones educativas o la modalidad homeschooling. Donde los padres se dedican 100% a la enseñanza de los hijos. Si bien el niño pertenece a una institución educativa o no, se puede apoyar de sus padres y herramientas que le brindan.
Aplicar tecnologías inmersivas
Los ejemplos donde los niños pueden aprender fuera de una sesión de clase (presencial o virtual) son infinitos. Desde aplicaciones de ejercicios matemáticos, videojuegos de razonamiento lógico, entre otros. Logran, increíblemente, convertir estos recursos en aprendizaje autónomo, un aprendizaje donde la voluntad y la motivación lleva a la acción.
Muchas herramientas son diseñadas para un bien para las personas. Aunque en el caso de los niños, estas herramientas digitales deben ser supervisadas, evitando efectos indeseados. Como muestra de estas herramientas encontramos los libros interactivos: libros que transforman la lectura en una experiencia inmersiva. Estos libros estimulan el aprendizaje mientras descubren nuevas herramientas digitales gracias a su contenido variado en actividades y plataformas. Se dice que cada libro es un mundo nuevo para descubrir y explorar. Pero un libro interactivo te lleva dentro de este mundo, haces parte de él.
